Escrito por: Omar Augusto Ferreira Rey
El Tranvía en la Carrera
Séptima no será comprendido como una solución al transporte público de la
ciudad, si no se le concibe como parte de una solución global mucho más amplia
que incluya un metro subterráneo y varias líneas adicionales de Transmilenio,
además de ciclo rutas y vías peatonales. En efecto, el corredor oriental de
Bogotá requiere, además de la actual línea de Transmilenio por la Caracas, de
un Tranvía paralelo a lo largo de la Carrera Séptima que asuma parte de la
sobredemanda existente y morigere la actual situación que vive dicho Corredor.
Esto significaría que de los actuales 56.000 pasajeros hora/sentido que carga
el Sistema Transmilenio, pase a asumir 44.000 pasajeros hora/sentido, cifra
acorde con un sistema más favorable y cómodo para los usuarios bogotanos. Se
podrá entonces evitar el creciente colapso de la Caracas.
No obstante lo
anterior, no es suficiente considerar que el Tranvía de la Carrera Séptima sea
el único aporte en infraestructura que requiere la ciudad para asumir la
demanda de pasajeros existente actualmente. Tal vez lo más importante de este
modo férreo sea su papel de liderazgo en la transformación de la Carrera
Séptima y en el ordenamiento de Chapinero y parte del centro de la ciudad. Se
requiere entonces, una política de integración de los distintos modos como bien
lo exige el desarrollo de una ciudad moderna como lo es Bogotá. En este
sentido, la APP de Iniciativa Privada tiene la gran ventaja de proponer que el
costado oriental de dicha vía, se dedique casi en su totalidad a crear un
corredor verde por el que transite el Tranvía. Se permite entonces que dicho
corredor se transforme en "verde" y coexista con una ciclo vía
con espacios generosos para los peatones. Lo anterior debido a que los tranvías
permiten que a su alrededor transiten ciclistas y peatones sin mayor
dificultad, por su naturaleza amigable e integrada con la ciudad y su entorno.
Lo señalado anteriormente
constituye un cambio sustancial que permitirá que la Carrera Séptima recupere
algo de su pasado de calle real, como corredor emblemático dentro del Distrito
Capital. Por lo pronto, si bien no podrá hacerse equivalente a corredores tales
como el paseo de la reforma, nueve de julio o los campos elíseos, si permite
que esta obra haga de la Carrera Séptima el lugar más moderno y hermoso de la
ciudad. Todo lo señalado es posible sin que el Distrito o la Nación gasten un
solo peso. El titular de la iniciativa privada ha comprendido que sin el aporte
de empresas privadas al desarrollo sostenible de la ciudad sus propias
inversiones no tienen futuro. Los dineros públicos deben orientarse a enfrentar
el gigantesco reto educativo y de salud, sin los cuales no habrá igualdad. Por
lo pronto, permítase a los ciudadanos la ejecución de este proyecto de Tranvía,
un ejercicio estético que Bogotá reclama con urgencia.
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