Abogado y Economista
Reminiscencias aparte, España es un actor de importancia decreciente en la realidad social, económica y política del subcontinente Latinoamericano, a empezar por Colombia. Esta es una situación bidireccional: aunque es cierto que Colombia -como muchos otros países- intenta diversificar sus fuentes de inversión y apoyo diplomático en múltiples direcciones, no parece que el momento de relativa estabilidad económica y política que vive el país se haya traducido en los últimos años en un incremento de la presencia diplomática o económica española, al menos de manera visible. Sin embargo, parece que esto puede estar cambiando.
Latinoamérica ha sido un actor prioritario para
España tanto en la confección de la actividad diplomática como en términos de
inversión en el extranjero al albur del boom
de crecimiento de las últimas décadas. Con todo, diríase que en el período
2001-2010, a pesar de su potencial y capacidad de desarrollo, Colombia ha quedado
relegada a un segundo plano de importancia en comparación con otros países de
la región como Brasil, México, Argentina o Chile para una multiplicidad de
actores en España[1].
En mi opinión, la situación debería de cambiar paulatinamente, aupando a
Colombia como socio destacado para España en la escena Latinoamericana. Y en lo
económico, ya hay visos de que esto se esté produciendo: en las perspectivas de
inversión para 2012 elaboradas por el IE Business School, Colombia es, junto
con Brasil, el único país del subcontinente que sigue repitiendo la tendencia
alcista del año anterior respecto de la recepción de inversión española,
confirmándose como valor seguro y atractivo para recibir inversiones entre
otros países más expuesto a la crisis[2].
En el terreno político –porque no todo lo que brilla
es oro-, conviene preguntarse sobre las intenciones del gobierno de Mariano
Rajoy para con Colombia. A diferencia de la contrapartida económica, donde
parece que se le está dando la vuelta a la tortilla, en las relaciones
bilaterales no parece ocurrir lo mismo. Sorprende que a fecha de hoy el
ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, se haya
reunido con responsables de casi todos los países Latinoamericanos (entre ellos
todos los vecinos territoriales de Colombia) menos con los altos responsables
de exteriores de Colombia, aunque sí ha manifestado mediante comunicado oficial
su apoyo a unas posibles conversaciones de paz entre guerrilla y gobierno. Por
otra parte, la visita protocolaria del Presidente del Gobierno Mariano Rajoy el
pasado abril a tierras colombianas plasmó la cortesía existente entre
administraciones sin ahondar en materia concreta, que si fue manida en la
reunión mantenida entre el Vicepresidente colombiano Angelino Garzón y la
cúpula del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación (MAEC) de España
el pasado marzo en Madrid. En ella, Colombia se aseguró recibir algún tipo de
financiación para proyectos relativos a la cooperación y desarrollo, aunque los
recortes en la correspondiente partida presupuestaria para los Presupuestos
Generales del Estado español de 2013 van a mermar la cuantía de la ayuda.
Además, el Gobierno de España se equivocaría asumiendo
una línea excesivamente descompensada en pro de la diplomacia comercial, puesto
que si alguien tiene que apostar por la promoción y cumplimiento a rajatabla de
estándares en materia de Derechos Humanos en América Latina, esa es España. En
la dirección contraria, el proceso de paz puede inspirar una retórica de
superación del odio y impartición de justicia que de producirse, bien podría
servir como luz de guía para tratar dos problemas de imprescriptible actualidad
en España, como son la solución al terrorismo de ETA y la impartición de
justicia por los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y la dictadura del
General Franco.
[1] Así se desprende del artículo elaborado para
el Anuario Iberoamericano de 2011 por el profesor Alfonso Arahuete, el cual
señala que Colombia ha sido el séptimo receptor de inversión española en la
región para el período 2001-2010. Extraído de Arahuete, A: “Las inversiones directas españolas en
América Latina en el período 2001-2010”, Agencia EFE & Real Instituto
Elcano, 2011, Madrid.
[2] Extraído del informe 2012
realizado por el IE Business School, “2012:
Panorama de Inversión Española en
Latinoamérica” http://www.infolatam.com/wp-content/uploads/2012/02/Informe-ie-2012.pdf
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