Escrito por Luisa Ferreira Peralta
Hace
algunos meses, debido a la consecución de los dos primeros años del gobierno
del presidente Santos, múltiples medios de comunicación publicaron encuestas en
las cuales la gente calificaba a sus ministros. En la mayoría de estas
encuestas la recién salida del ministerio de Salud y Protección Social, Beatriz
Londoño, ocupaba el último lugar. Adicionalmente, en varias charlas ocasionales
era normal oír comentarios en contra de la ministra, calificando su trabajo y
logros como limitados o hasta inexistentes. Sin embargo, la gente cercana al
ministerio o conocedora de temas de salud y acceso a medicamentos coinciden en
opinar que la labor de la ministra fue ejemplar. ¿A qué se debe esta
contradicción de percepciones? ¿A qué se debe la mala fama de Beatriz Londoño?
En mi
opinión, se debe a tres motivos. El primero, se explica en que el ministerio de
Salud y Protección Social carga consigo un peso negativo del anterior gobierno.
Nadie puede negar que el ministerio de Diego Palacio fue la cartera peor
llevada de todo el gobierno Uribe, además no es que no tuviera competencia.
Diego Palacio terminó de hundir el sistema de Salud en la peor crisis jamás
vista y los rezagos de la misma todavía son día a día en el ministerio.
El
segundo, es la imparcialidad de los medios de comunicación comprados por
intereses poderosos. Como se ha
evidenciado en numerosas columnas de opinión, las decisiones de la ex ministra
Londoño afectaron intereses, en particular los de las multinacionales
farmacéuticas, y beneficiaron al acceso de los medicamentos de los colombianos.
Las medidas que llevó a cabo como vice ministra de Mauricio Santa María fueron la
adopción de valores máximos de recobro al Fosyga de los medicamentos, la actualización del POS, la política
de control y monitoreo de precios, y el incremento de la UPC (Unidad de Pago
por Capitación), entre otros. A titulo
de ministra se ocupo de toda la implementación de la ley 1438 de 2011, por
medio de la cual se reforma el sistema general de seguridad social en salud y
se dictan otras disposiciones. Dentro de las figuras implementadas lideró la
reglamentación de las Juntas Técnico Científicas y el Instituto de Evaluación
Tecnológica en Salud. Adicionalmente, fue la promotora del CONPES relativo a la
política farmacéutica nacional (PFN) y promovió una regulación para
medicamentos biotecnológicos[1] y
un estudio de precios internacionales.
El último motivo que
encuentro para explicar la mala fama y desconocimiento de las medidas que
Beatriz Londoño llevó a cabo, es la gran distancia que hay entre las mismas y
la sociedad. La gente no entiende o no le interesa entender las figuras
implementadas porque el impacto no es directo. La respuesta a ¿Vamos a tener
que pagar por los medicamentos? Es la misma de antes: ¡No! ¿El statu quo
cambió? ¡No!. Pero la realidad es que las medidas adoptadas durante el gobierno
Santos han sido extremamente positivas
puesto que se ha dado impulso a la competencia en el mercado, se han limitado
los altos precios que las farmacéuticas internacionales exigían que el Estado
colombiano pagara, se ha modernizado el sistema de Salud a las necesidades
actuales y tomado medidas para monitorear los recobros al Fosyga e impedir las
prácticas perversas que se venían dando en el sector.
Por todo lo anterior
felicito a la recién ex ministra Londoño y espero que su sucesor Alejandro
Gaviria le siga el paso. Sólo queda esperar que el tiempo dignifique los logros
de Beatriz Londoño en su corto paso por el ministerio de Salud y protección
Social. Porque como dicen por ahí "Lo único
peor que la mala salud es la mala fama."
[1] Producto farmacéutico que
ha sido elaborado con materia prima de origen biológico que en su mayoría han
sido modificados por medio de la biotecnología. A diferencia de los
medicamentos de origen químico que usamos comúnmente, los medicamentos
biotecnológicos innovadores son productos que cuentan con una estructura
molecular amplia, compleja e intrínsecamente heterogénea, así como con un
proceso de producción y almacenamiento también complejos. A nivel mundial, se
estima que más de 250 millones de pacientes se han beneficiado del
descubrimiento de más de 350 medicamentos biotecnológicos para tratar y/o curar
enfermedades como el cáncer, infartos, infecciones y desórdenes auto-inmunes
La exministra hizo muy bien, sin embargo al público en general es difícil de entender sus efectos. Las personas exigen mejor atención en los hospitales, citas más rápidas, menos barreras, más sin embargo el sistema de salud lleva años con un problema financiero desde hace años que necesitaba atención inmediata. Sin una organización de las finanzas, es insostenible poder destinar recursos para mejorar los problemas del sistema. Lástima que las personas competentes se tengan que ir así, porque su gestión no involucró una papayera abriendo un hospital y saliendo en los medios de comunicación. Las EPS no son perfectas y su gestión en la mayoría de casos ha sido más que cuestionable, pero pareciera que a los colombianos y a un sector de expertos de la salud se les convirtió la extinción de éstas una especie de juicios de Salem, argumentado que solo se solucionarán las cosas eliminando las EPS. Esperemos que no caigamos en ese populismo porque con el afán de borrar las EPS y siendo este el único objetivo, terminaremos dejando un sistema peor del que hoy tenemos.
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